«Esa base sólida y transformadora, esa “formación dura”, me la dio el Regnum Christi». Encuentro para formar a los formadores en Manizales
El 2 de agosto, cuarenta y tres formadores del Regnum Christi de Manizales, Colombia, vivieron un encuentro que marcó un nuevo rumbo para el liderazgo apostólico. El curso Formador de Formadores «Apóstoles de la Esperanza» reunió a directores de sección y apostolado, responsables de equipo y otros formadores en un espacio que combinó formación, interioridad y comunidad.

El liderazgo en la Iglesia no solo se siente: se aprende, se entrena, se vive. Y estos 43 «apóstoles de la esperanza» se van con la certeza de que su servicio no es solo valioso, sino también necesario.
Sembrar con propósito
Este encuentro surgió como respuesta a una necesidad urgente: formar a quienes forman, fortalecer a quienes lideran. La propuesta fue clara desde el inicio: ofrecer herramientas para profesionalizar el apostolado sin perder el alma, unir la excelencia operativa con una profunda vida interior.
Durante semanas, un equipo comprometido preparó cada detalle, no solo para compartir contenidos, sino para crear un espacio de comunión, escucha y crecimiento humano. Porque el liderazgo no se improvisa, se forma.
Una formación que toca vida

Formador de formadores fue un espacio para profundizar, aprender y renovar el llamado a formar líderes que sirvan con visión, corazón y esperanza.
Las actividades estuvieron cuidadosamente pensadas para integrar las dimensiones clave del liderazgo: charlas formativas, momentos de conocerse y romper el hielo, espacios de reflexión interna, planeación colaborativa y oración comunitaria.
Los participantes no solo recibieron herramientas para mejorar su rol como líderes, también volvieron a conectar con la raíz de su vocación apostólica. Así lo expresó Juan Camilo Betancurt, uno de los asistentes: «Gracias a los apostolados y voluntariados en el Regnum Christi, todo lo que hoy sé, aplico, intento hacer, programar, planear y ejecutar desde un enfoque directivo, se lo debo a esa experiencia». Hoy, desde su rol como Project Manager, reconoce que los conocimientos adquiridos van mucho más allá de lo técnico:
«He aprendido mucho trabajando y he puesto en práctica lo aprendido, pero esa base sólida y transformadora, esa “formación dura”, me la dio el Regnum Christi».
Volver con más que ideas
Más allá de los apuntes o las presentaciones, los frutos del encuentro se reflejan en el compromiso renovado de cada uno de los participantes. La convicción general era clara: es momento de llevar el apostolado al siguiente nivel, sin perder la esencia. Y para eso, hace falta seguir formándose, compartiendo experiencias y, sobre todo, caminando juntos como familia espiritual y cuerpo apostólico.