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«Somos una comunidad muy amada, donde cada uno en su realidad es llamado y enviado». Taller Vive el Misterio en Barquisimeto
En la localidad de Barquisimeto, 110 personas se reunieron el 4 y 5 de octubre para participar en el taller «Vive el Misterio: Comunidad de apóstoles», un espacio de encuentro profundo con Dios y con su vocación de apóstoles.
A través de momentos de oración, reflexión personal, dinámicas comunitarias y acompañamiento espiritual, los participantes pudieron adentrarse en el significado y misión de ser una comunidad de apóstoles donde cada uno es llamado de manera personal por Dios, pero enviado junto con otros a llevar su mensaje. Cada conferencia se complementó con talleres y espacios de integración que favorecieron el encuentro entre los miembros de la localidad y permitieron una valiosa retroalimentación durante el fin de semana.
La alegría de ser llamados y enviados
Victoria Carrasco, participante del taller, compartió: «Para mí Vive El Misterio fue un momento de encuentro, especialmente con Jesús, pero también como familia RC. Me ayudó como directora de sección a contemplar a Cristo como apóstol para imitar su ejemplo en mi sección y realidad apostólica. Aprendí durante este fin de semana, o más bien me recordó, que todo cuanto hacemos, tanto en el apostolado como en nuestra vida en general, cobra sentido al realizarlo de su mano, por Cristo, con Él y en Él. Sólo así construimos un mundo según el Evangelio y extendemos su reino en los corazones de los hombres».
También expresó: «Somos una comunidad muy amada, donde cada uno en su realidad es llamado y enviado. Tenemos una comunidad muy rica en talento y disposición en nuestras distintas secciones y vocaciones, y qué bonito el trabajar en equipo y en pro de los mismos objetivos, en mejorar nuestras luces y trabajar nuestras sombras para crecer en Cristo y dejar la huella de su amor en el mundo. Me quedo con la idea de ser la primera en servir, la primera en perdonar, la primera en disponer, la primera en amar, para hacer mi corazón semejante al suyo».
Una experiencia de familia
El clima comunitario se hizo visible al reunir personas de diferentes edades, secciones y vocaciones. La diversidad de realidades permitió vivir el taller como una verdadera familia espiritual.
María Joaquina Herrera, otra de las asistentes, relató: «Antes de ir, pensaba que sería una formación para formadores habitual, sin embargo al llegar y ver personas de la localidad de Barquisimeto de diferentes edades, secciones y vocaciones, como sacerdotes, consagradas y laicos con distintas responsabilidades, sentí vivamente ese gozo de pertenecer a una familia tan unida como el Regnum Christi».
«Somos apóstoles en comunidad. Jesús nos llama personalmente, pero nos envía juntos».
Un envío con el corazón encendido
La experiencia dejó en muchos un deseo profundo de seguir caminando en la misión. «Desde mi reflexión personal, Vivir el Misterio es lanzarse al camino que Dios tiene planeado para ti aunque no sepas con qué te vas a encontrar, porque sus planes y propósitos siempre serán para nuestro bien», expresó María Joaquina.
También compartió: «Me permití vivir el misterio de asistir a este encuentro sin saber qué iba a experimentar y no me arrepiento porque todo lo que viví allí me permitió salir con el corazón y la mente llenos de Jesús y personas que me llevan a Él. Lista para enfrentar este nuevo ciclo de su mano».
